Día Europeo contra la Trata: Medidas urgentes de protección de las víctimas ante el impacto de la Covid-19
Cáritas es testigo directo de la agravación que la Covid-19 está añadiendo a la situación de violación sistemática de derechos humanos a las que se ven abocadas las personas sometidas al tráfico de seres humanos.
La celebración, el 18 de octubre, del Día Europeo contra la Trata de Personas supone por Cáritas una oportunidad para alertar sobre los riesgos que la pandemia causada por el coronavirus ha añadido sobre la extrema vulnerabilidad de las víctimas de este delito, y reclamar medidas urgentes que permitan su identificación y garanticen su protección. Cáritas es testigo directo de la agravación que la Covid-19 está añadiendo a la situación de violación sistemática de derechos humanos a las que se ven abocadas las personas sometidas al tráfico de seres humanos.
Actualmente, Cáritas desarrolla 15 proyectos de apoyo a mujeres en contexto de prostitución y víctimas de la trata con fines de explotación sexual en diferentes lugar de España, una tarea que se completa con programas de acompañamiento a víctimas de trata con fines de explotación laboral, principalmente en el sector agrícola. Durante el último año, la Confederación Cáritas en España ha atendido 3.738 mujeres en contextos de prostitución, de las que se han encontrado indicios de tráfico en 253.
Anualmente, se estima que 2,45 millones de personas son víctimas de tráfico en todo el mundo, de las que cientos de miles tienen lugar en Europa o tienen nuestro continente como destino.
En este Día Europeo contra la Trata Cáritas aseguró que es urgente, además, hacer hincapié sobre las graves consecuencias socioeconómicas que la pandemia está teniendo en las personas en situación de extrema vulnerabilidad como son las víctimas de tráfico. La indefensión ante factores como la pobreza, la discriminación, la falta de acceso a derechos básicos, la desigualdad de género o los conflictos y desastres naturales se ve incrementada en momentos como el actual, lo que provoca que aumenten las condiciones de precariedad de muchas personas y, por tanto, el riesgo de ser captadas por parte de las mafias vinculadas al tráfico de seres humanos. Estas situaciones suponen un reto para el trabajo de Cáritas, donde son claves la protección y recuperación integral de las víctimas, a través de un enfoque basado en los derechos humanos y poniendo en el centro la persona.
Finalmente, Cáritas instó a las Administraciones públicas europeas y españolas a adoptar medidas urgentes para erradicar esta lacra y garantizar la identificación y protección a las víctimas de este delito, ya que sólo con voluntad política, trabajando de manera coordinada, y poniendo los derechos humanos de las personas en el centro, se podrá garantizar la protección de estas personas de forma eficaz.