La Taula del Tercer Sector y l’Aliança contra la Pobresa Energètica alertan del incumplimiento del convenio que regula la pobreza energética
Las entidades y los movimientos sociales están muy preocupadas porque no se ha resuelto todavía la deuda acumulada por las familias durante 2021.
La Taula del Tercer Sector de Catalunya y l’Aliança contra la Pobresa Energètica (APE) han mostrado su preocupación por el incumplimiento por parte del Gobierno de la Generalitat de los compromisos adquiridos en relación con el convenio que regula la pobreza energética, firmado por la Generalitat de Cataluña y ENDESA.
Coincidiendo con el primer aniversario de la firma del convenio, la APE y la Mesa ya advirtieron a finales de marzo que el convenio no se había desplegado como era necesario. Seis meses después, la situación es desgraciadamente la misma, excepto en cuanto a la deuda contraída por las familias vulnerabilizadas, que continúa incrementándose a la espera de que se pongan los mecanismos que eviten su acumulación.
Los encuentros del grupo de trabajo sobre el convenio, que incluye administraciones (Generalitat, diputaciones, AMB, entidades municipalistas y Ayuntamiento de Barcelona) y entidades (Tabla y APE) son una buena muestra de los escasos avances en la materia. En este sentido, las dos entidades han advertido de que, si la Generalitat sigue incumpliendo los compromisos adquiridos, su participación en la próxima reunión prevista para mediados de noviembre y en las siguientes no está en ningún caso garantizada.
Casi un año y medio después de su firma, los cuatro puntos más importantes del acuerdo aún no se han empezado a aplicar de forma generalizada, pese a que la situación económica de las familias catalanas ha empeorado sustancialmente y los precios de la energía siguen extraordinariamente elevados:
- Deuda acumulada por las familias durante 2021. El Departamento de Derechos Sociales se comprometió en el último encuentro del grupo de trabajo (principios de junio) a resolver esta cuestión antes de las vacaciones de verano y que las familias pudieran recibir la carta de condonación de la deuda durante el mes de agosto. No sólo no se ha cumplido esta promesa sino que existen serias dudas que se pueda llevar a cabo antes de que comience el invierno.
- Fondo de atención solidaria. El mecanismo que deberá servir para cubrir los futuros impagos y que las familias vulnerabilizadas catalanas no vuelvan a generar deuda no se encuentra ni siquiera en una fase preliminar. Las últimas noticias que la Generalitat trasladó al grupo de trabajo es que habría una primera propuesta que se presentaría durante el encuentro de noviembre. En todo caso, la herramienta no se podría poner en funcionamiento antes de 2023, cuando se cumplirán dos años desde la firma del convenio y ya se habrá vuelto a acumular la deuda correspondiente al año 2022.
- Contadores sociales. La posibilidad de instalar contadores provisionales en hogares vulnerabilizados en situación de empleo en precario no se ha aplicado de forma generalizada desde la entrada en vigor del convenio. La última cifra era de 37 cuando, en el caso del agua, se han instalado un mínimo de 914. A pesar de tratarse de una medida imprescindible para garantizar la dignidad de las familias afectadas y desincentivar las conexiones irregulares y los riesgos asociados a las mismas, el Departamento de Derechos Sociales nunca la ha considerado como una prioridad. ENDESA exigía un documento extra ajeno a lo establecido en el convenio y el Departamento no sólo ha aceptado esta imposición sino que reclama que sean los municipios quienes asuman su responsabilidad.
- Ampliación del convenio con el resto de empresas energéticas para llegar, como mínimo, al 85% de los hogares catalanes. Cabe recordar que el acuerdo firmado sólo incluye a las familias que tengan contrato con ENDESA, por lo que sigue siendo necesario extender su contenido al resto de compañías, empezando por las dos más importantes en Cataluña en número de clientes: Naturgy y Endesa. Hasta ahora, no se ha hecho público ningún avance en esta cuestión.
Ante esta situación, la Alianza contra la Pobreza Energética y la Mesa del Tercer Sector Social han puesto especial énfasis en las consecuencias de que todas las medidas contenidas en el convenio no se estén desarrollando y aplicando como convendría, sobre todo en este contexto de crisis socioeconómica especialmente grave y de precios de la energía desbocados.
Según la última ‘Encuesta de Condiciones de Vida 2021’ de IDESCAT, publicada al inicio del verano, la pobreza y la exclusión se mantiene a máximos históricos (26%) y respecto al año anterior empeora el porcentaje de familias que no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada (9,4% en 2020 vs. 15,9% en 2021) y el de los retrasos en el pago de los gastos asociados a la vivienda (12,4% en 2020 vs. 13% en 2021). A pesar de todas las medidas aprobadas por el Gobierno del Estado, los precios de la energía siguen a unos niveles inasumibles para muchos hogares y las entidades creen que estas cifras pueden empeorar de cara a este otoño e invierno.
Por este motivo, reclaman a la Generalitat de Cataluña y a los Departamentos implicados que prioricen la cuestión y que, más allá de palabras, puedan demostrar con hechos que se está avanzando en la aplicación del convenio y que se cumplen los acuerdos suscritos. Las familias catalanas necesitan cuanto antes que se resuelva la condonación de la deuda correspondiente a 2021, la puesta en marcha del Fondo de atención solidaria, la instalación de contadores sociales y la ampliación del convenio al resto de empresas suministradoras.