31/07/2024

Teresa Lourdes Gené Camps «Es clara la influencia del cristianismo en nuestra cultura y en nuestra historia»

Teresa Lourdes Gené Camps, consagrada de la Orden de Vírgenes desde el año 2008, tiene los estudios de Magisterio y también es licenciada en Psicología y diplomada en Ciencias Religiosas. Actualmente, es delegada de Enseñanza y Cultura, delegada de Escuelas de Formación del Laïcat y encargada de la coordinación diocesana del Sínodo al obispado de Solsona. También es Trabajadora Apostólica de la diócesis sevillana, trabajando más concretamente en la Unidad Pastoral Parroquial de Berga.

Este mes de marzo tienen lugar las preinscripciones escolares. ¿Qué diría a los padres para que apunten a los hijos a la asignatura de religión católica?

Les diría que no duden de inscribir a su hijo en clase de religión, porque es un área que suma y aporta mucho a la persona, ya que la religión ofrece todo el conjunto de valores que potencian la dignidad de la persona y su libertad y es que sólo cuando la persona conoce en verdad, se puede decir que es libre para decidir.

¿Por qué es importante la clase de religión? ¿Qué aporta?

La clase de religión asegura, en primer lugar, la educación integral del alumno en todas sus dimensiones facilitando el buen desarrollo de sus capacidades personales.
El trabajo en esta área ayuda al alumno a conocerse mejor y propicia su interrogarse sobre las cuestiones básicas que dan sentido a la vida…, cuestiones fundamentales que afectan a todas ellas a la felicidad de la persona.

Aporta también poder conocer las creencias, actitudes y valores básicos de nuestra tradición y de todo el patrimonio cultural en el que estamos inmersos, ya que es clara la influencia del cristianismo en nuestra cultura y en nuestra historia. Desconocerlo sería privar a la persona de todos estos conocimientos.

En tiempos de Cuaresma, ¿cómo vive este camino de preparación para la Pascua?

El tiempo de Cuaresma siempre es para mí un tiempo especial: tiempo de revisión de vida y de buenos propósitos. El ritmo trepidante que a menudo se lleva no facilita mucho el detenerse para reflexionar y pensar. La inmediatz que piden tantas cosas, saca el espacio para el silencio y la soledad, tan necesarios para resituar lo que va convirtiéndose día a día.
Es el tiempo en que me gusta hacer algo de particular para revivir lo que se nos dice el miércoles de ceniza en el momento de la imposición de la ceniza: «Conviértete y cree en el Evangelio». Es por ello que acabo de empezar unos ejercicios espirituales que piden dedicar un buen rato diario a la reflexión, meditación y plegaria. De ahí es de donde nacen los buenos propósitos que decía al principio: un tiempo de conversión para fijar más mi mirada en el Señor y dejarme transformar y guiar por Él, camino de la Pascua.

¿Cómo descubrió su vocación, la voluntad de Dios para su vida?

A los 18 años sentí un primer llamamiento a la misión. Me impactaba mucho ver imágenes de niños del tercer mundo viviendo en la miseria y pensaba… y tú Teresa, ¿no puedes hacer nada? Pero mi voluntad era la de tener una familia y este primer llamamiento la dejé muy arrinconada. Al cabo de los años notaba que algo me faltaba y pude replantearme de nuevo qué me podía estar pidiendo el Señor. Tenía muy claro que no me sentía llamada a una vida religiosa; sí que, en cambio, tenía deseo de conocer otras formas de vida de consagración. Fue así como llegué a saber de la Orden de Verges. Quise conocer su carisma, lo profundicé y lo discerní a la luz de lo que el Señor me podía estar pidiendo. Es entonces cuando dije que el Señor me pedía ser lo propio de este orden, una «laica consagrada en medio del mundo» y con este compromiso hacia el Señor es como intento vivir mi día a día.

Pienso que cuando la voluntad de Dios y la propia coinciden se es feliz. Así es como me siento yo, una persona muy feliz, porque no olvidemos que la felicidad del hombre radica en hacer la voluntad de Dios, una voluntad que se va descubriendo en el día a día a través de esta relación personal con un Dios que es un Padre bueno, que te ama y que quiere lo mejor para ti.

¿Cuál es su labor como trabajadora apostólica?

Mi campo de acción es amplio y puede ir desde coordinar e impulsar la pastoral y otras actividades de un conjunto de parroquias a tener responsabilidades pastorales en el ámbito diocesano y tener que velar para que los propósitos y objetivos pastorales ocurran. La suerte que tengo es que me encanta mi trabajo y disfruto mucho haciéndola. Como ya se ha dicho, actualmente estoy de trabajadora apostólica en la Unidad Pastoral Parroquial de, compartiendo trabajo de equipo con los dueños de esta Unidad y con otras personas implicadas muy directamente en el trabajo parroquial/diocesano. Para mí el trabajo de equipo es pieza importante en este trabajo para el Reino!

¿Qué actividades organizan desde «Escuelas de Formación del Laïcat» del obispado de Solsona?

Con el objetivo de cumplir el mandato de Jesús: «Vamos por todo el mundo y anuncié la buena nueva del evangelio a toda la humanidad» (Mc 16,15), al que somos invitados todos los bautizados a responder, nació en el obispado -ya hace un buen grupo de años- una herramienta formativa muy importante: la Escuela de Formación de Laicos, en la que se formaron, en sus diferentes modalidades (Curso Introductorio, Básico y de Profundización), muchas personas.

Con el tiempo íbamos a encontrarnos, sin embargo, con personas que empezaban a hacer camino en el seno de la Iglesia y nos dábamos cuenta de que esta formación que se ofrecía les quedaba lejana y con ella no llegábamos a dar respuesta a lo que su corazón anhelaba… Nos hacía falta pasos previos. Es entonces que empezamos a explorar por todas partes otras vías formativas y es así como llegó a la diócesis la Escuela de Evangelización San Andrés, con todo un programa formativo muy amplio que nosotros aplicamos (consulte www.evangelizacion.com).
Actualmente el obispo Francesc Conesa ha creído oportuno nombrarme delegada diocesana de las Escuelas de Formación del Laïcat y, con todo un equipo, estamos repensando un nuevo estilo y propuesta formativa diocesana para que la persona pueda escoger aquello que más desee para envigordar y fortalecer su fe. Tenemos bien definida, pues, una vía formativa (la EESA Solsona) y estamos trabajando por una segunda vía que empezará a llevarse a cabo, si Dios quiere, el próximo curso académico 2024-25.