Noticia04/05/2021

1 de cada 4 familias atendidas por Cáritas Barcelona tienen todos sus miembros sin trabajo

Según la última EPA y desde la llegada de la Covid'19 el aumento del paro ha sido de 88.100 personas en Cataluña.

 

Con motivo del 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, Cáritas Diocesana de Barcelona ha puesto de manifiesto la elevada precariedad laboral de las personas en situación de mayor vulnerabilidad. Según la última EPA y desde la llegada de la Covid’19 el aumento del paro ha sido de 88.100 personas en Cataluña. Actualmente, las personas desocupadas son 499.700, un 21% más que el primer trimestre del año pasado.

El informe Tercera Ola del impacto de la crisis de la Covid’19 en los hogares atendidos por Cáritas Diocesana de Barcelona, ​​elaborado a partir de más de 600 encuestas realizadas a personas atendidas por Cáritas, apunta que 6 de cada 10 personas acompañadas por la entidad no tienen un trabajo digno, sea porque no encuentran (43,8%), o porque se ven obligadas a trabajar en el mercado informal (20%). Asimismo, el 25% de las familias atendidas por Cáritas Barcelona tienen todos sus miembros sin trabajo.

La pandemia ha generado nuevas formas de precariedad laboral. Las personas deben asumir más riesgos de exposición ante la enfermedad (el 75% de las personas se han visto obligadas a asumir riesgos por razones de trabajo) o tener consecuencias negativas en el caso de hacer una cuarentena (el 70% de las personas no se puede permitir hacer un confinamiento, ya que perdería el trabajo o se quedaría sin ingresos). La mayoría de estas personas tienen trabajos precarios que mayoritariamente están relacionadas con el servicio doméstico, el cuidado y el acompañamiento a menores, mayores y dependientes, o la venta ambulante, entre otros.

No tener trabajo, o tener un trabajo con la que no se pueden cubrir todos los gastos supone que 1 de cada 4 hogares con niños no pueda pagar el gasto escolar ordinaria, que un 35% no pueda acceder a la medicación que necesita, o que un 48,5% de hogares no puedan llevar una alimentación adecuada. Asimismo, esta situación provoca que el 49,8% de las familias se encuentre en apagón digital. No disponer de un dispositivo electrónico, de conexión a internet o de los conocimientos suficientes para llevar a cabo gestiones telemáticas ha provocado que el 41% de las personas atendidas por Cáritas haya perdido alguna oportunidad formativa, y que un 30% haya perdido alguna oportunidad laboral .

Dessirée Garcia, responsable del programa de formación e inserción laboral de Cáritas Diocesana de Barcelona, ​​afirma que aunque las cifras de ocupación laboral de las personas que atienden desde Cáritas se aproxima a la situación de antes de la pandemia, no es una situación óptima. Asegura que hace un año ya alertaban de un mercado laboral inestable, generador de exclusión social y que no podemos dejarnos llevar por el espejismo de la supuesta recuperación. Asimismo, García ha constatado que las trabajos considerados esenciales, ejercidas mayoritariamente en condiciones precarias, no se han visto reconocidas durante esta crisis, y que hay que reivindicar el papel de las personas que cuidan de personas o de aquellos que garantizan que un espacio esté desinfectado.