04/05/2021

Adéu, Arcadi, adéu!

 

Hace unos días dábamos el último adiós al maestro y compañero Arcadi Oliveres, uno de nuestros grandes referentes en la lucha por la paz y los derechos humanos.

Somos muchos los que tuvimos la oportunidad de conocer personalmente, disfrutar de tus reflexiones y compartir breves momentos en tu camino.

De ti, se ha hablado y se hablará siempre porque has hecho historia de nuestro país, pero sobre todo porque has hecho estancia en nuestros corazones.

Incombustible profesor, hombre de paz, con tu puesto humilde y con tu sabiduría cuencas nuestras almas. De ti siempre diremos bondades y quizás una pequeña manera de recordarte es hacerlo a través de la difusión de tus ideales; es decir cuatro palabras de tu última obra póstuma: Palabras de Arcadi. ¿Qué hemos aprendido del mundo y cómo podemos Actur, publicado por Angle Editorial.

Siempre demócrata: La «democracia para mí va unida a pueblo, a colectividad, en participación, a legitimidad». Tanto que nos costó, «la democracia es también muy, muy frágil, ya menudo más aparente que real, y que por eso hay que fortalecerla». «Y la democracia se construye ejerciéndola». «No debemos dejar de luchar por esta democracia», teniendo en cuenta que «no hay democracia sin independencia de los poderes fácticos».

Anticapitalista, altermundista: En sus cursos, seminarios y conferencias siempre has repetido que «hay que abolir el capitalismo, porque creo que es un sistema perverso que mata vidas. Y todo el planeta «. Como nos recuerdan tus palabras las del papa Francisco: «Esta economía mata».

El capitalismo, un sistema omnipresente y explotador contra el que a menudo podemos perder la esperanza de erradicarlo. No desfallecemos! Siempre nos has hablado de los tres grandes mitos del capitalismo: «que el mercado es libre, que la bolsa es el reflejo de la situación económica y que el crecimiento es ilimitado»; de las grietas del sistema y de las propuestas alternativas.

Consumidor responsable hasta los pequeños detalles porque «el consumo responsable debe ser un consumo consciente, y con cada nueva actitud que no favorezca empresas criminales iremos debilitando el sistema depredador».

Desobediente, siempre crítico con regulaciones impuestas e injustas, has estado en una minoría de ciudadanos de Cataluña que has hecho objeción fiscal.

«Aporofílic». Para ti «hablamos de racismo y xenofobia, pero creo que se habla poco de aporofòbia, este término que se emplea para expresar el rechazo y el miedo hacia la pobreza y hacia las personas pobres». En este sentido, podríamos decir que eres «aporofílic», haciendo tu el mensaje de Jesucristo y su opción preferencial por los pobres.

Ecologista premonitorio: «Hace tiempo ya habíamos necesidades tres planetas si todo el mundo hubiera querido vivir con la media de una persona europea». «Hemos actuado sin reflexión». Nos muestras tu preocupación y, en este caso eres inusualmente pesimista: «Creo que hasta que el planeta no esté en coma absoluto, no pasará nada …».

Pacifista convencido: «Apostar por el pacifismo es apostar por una manera de vivir no-violenta y que fomente los vínculos, la comprensión, la tolerancia y tantos otros valores».

Y como hombre de ideas, pero también de acción, nos dejas una idea radical: «No podemos decir« no a la guerra »y abrir un plan de pensiones» … El que tenga oídos, que oiga!

Político «desde fuera», militante en la periferia política y en los movimientos sociales.

Soñador de una Europa más solidaria, de una sociedad más libre, sin presos políticos; de la abolición de la monarquía; de un nuevo sistema de relaciones internacionales; de la supresión de los ejércitos y de las guerras; otras maneras de conciliar la vida; de la educación como «palanca y el pilar que todo permitir accionar el cambio».

Hombre de esperanza. Ante la incertidumbre, las dudas, del desencanto, del desfallecimiento levantas tu voz y nos anima: «Tenemos suficiente capacidad técnica, humana y estadística para alcanzar todas aquellas condiciones mínimas que la ONU nos ha dicho tantas veces, y para llevarlas a adelante ahora mismo. Sólo falta voluntad. Voluntad generalizada y voluntad individual para combatir el egoísmo y caminar hacia una dignidad global «. Amén!